Las calaveritas literarias son parte del folclor mexicano enclavadas dentro de la tradición del Día de Muertos celebrada todos los años en el día dos de noviembre. Su origen se remonta al México Virreinal y han persistido hasta nuestros días siendo una muestra importante de la cultura del país.
Utilizadas para expresar descontento ante las actividades o acciones de los políticos y personas encargadas del gobierno fueron perseguidas durante algunos años, no logrando erradicarlas.
Propiedades literarias únicas
Están redactadas en formas de versos, dentro de los cuales se encuentra algún tipo de rima ya sea asonante o consonante, además de estar compuesta por una o varias estrofas dependiendo del autor y la idea que se quiera transmitir a la persona. Suelen ser cuatro versos por cada estrofa aunque esto no es una regla universal que todo el mundo siga.Su principal característica es la burla o mofa en tono irónico utilizado en su forma de redacción, mediante el cual se expresa un descontento hacia las acciones o actitudes de una persona, hoy en día no se encuentra solo destinada a políticos y jefes de gobierno, sino que es usada en el ámbito familiar o también entre amigos.
En la redacción se pretende ilustrar que la persona ya falleció, esto quiere decir que es redactada en forma de epitafio, haciendo coincidir esta forma de redacción con el contexto en el que se escriben: el día de muertos.
Además se escriben no solamente en el día de muertos, sino que se realizan durante algunos días antes de la celebración, son colocadas en periódicos, revistas y programas de televisión de circulación nacional haciendo burla desde celebridades hasta personajes importantes del gobierno del país.
Fueron hechas para expresar ciertas ideas y pensamientos que se guardaban para decir a una persona alguna cosa sin que fuera demasiado directo, el pretexto ideal para expresar todo sin necesidad de dar mayores explicaciones.
Esta tradición popular no ha perdido vigencia, siendo ampliamente utilizada y reconocida por la gente que habita México como parte importante de la cultura.
7 Pasos para realizar una calavera literaria
1. Procura escribir versos octosílabos.No
existe una métrica formal, pero el formato más común es, de acuerdo con
De Pablo, el verso de ocho sílabas. Las estrofas pueden ser de cuatro
versos (las más sencillas) o de diez. “Son versos cuyo último acento cae
en la séptima sílaba. Normalmente, son palabras graves en español”,
detalla. Si ya se te olvidó lo que aprendiste en primaria, se le llama
verso a una de las unidades en que puede dividirse un poema. Una estrofa
es un grupo de versos que conforman una composición poética.
De cuatro versos
2. Intenta utilizar rimas consonantes.
Pueden ser básicamente de dos tipos: A, B, B, A (que las últimas
palabras del primer y último verso suenan igual o muy similar, así como
las de las dos de en medio) y A, B, A, B (que el primer y tercer verso
rimen, al igual que el segundo y el cuarto). "Las dos suenan muy bien y
al público le divierte mucho”, comenta el escritor.
Este es un A, B, B, A
3. No olvides mencionar a la muerte.
El objetivo de las calaveritas es hablar de cómo y por qué la muerte se
llevó al panteón a determinada persona, por lo que esta siempre tiene
que aparecer en el texto. “Se le puede llamar muerte, calaca, parca,
huesuda, calavera, catrina o pelona, pero siempre tiene que estar y
siempre tiene llevarse a la persona a la que se le dedica el verso”,
detalla De Pablo.
4. Menciona alguna de las características que definen a la persona de la que hablas.
Como el argumento en las calaveritas siempre es el mismo (a alguien se
lo lleva la muerte) se deben incluir características de la persona a la
que se le dedica. “Si es un pintor, la muerte puede sacarlo de su
estudio y tirar su caballete. Si es escritor se puede mencionar alguna
de sus obras”, menciona De Pablo. “A los políticos se les suele hacer
calaveritas satíricas, frecuentemente críticas y se tratan sus
escándalos o sus crímenes”.
5. Escribe con cariño y humor. No es
obligatorio, pero De Pablo recomienda hacerlo. “Mezclar el recordatorio
de lo inevitable de la muerte con el amor, la dulzura o el cariño es
algo muy característico del mexicano”, comenta. Ojo: a veces no hay
cariño, pero hay humor como en el caso de las calaveritas satíricas de
los políticos.
6. Remata con un final sorprendente. De
Pablo aconseja intentar terminar el verso con un final inesperado. “Hay
que pensar qué rima con aquellas cosas que definen al personaje y
conducir los versos hacia allá”, dice. Se puede empezar con la parte de
sus características y después finalizar con la parte sorprendente. Esto
es para que se note que es una calaverita hecha para la persona.
7. No cuentes la sílabas con los dedos, cántalas.
Los versos populares no necesariamente se escriben, primero se dicen.
“Más que tener en cuenta el número de sílabas o el tamaño del verso es
importante oír como suenan. Hay que cantarlas”, dice De Pablo. Un
consejo es intentar cantarlas con las tonadas de La Llorona o La Cama de Piedra,
pues ambas canciones usan versos de ocho sílabas. “Si quedan con la
música de cualquiera de los dos vas por buen camino”, señala el
escritor.
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